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martes, 25 de marzo de 2014

El pádel y la amistad

Hola Padelistas,
Hace un tiempito que no les torturaba con mis mails, pero para los que nos siguen por Twitter o por Faceboock saben que seguimos estando al pie del cañón, con notas, mensajes, recomendaciones, noticias de todo lo que pasa en este mundillo Padelista.


Quería compartirles una reflexión sobre el padel y la amistad que la escribí por solicitud de http://www.padelworldpress.es/ una web dedicada al padel en su totalidad y a la os invito que visitéis, no tiene desperdicio.

Seguimos en contacto Padelistas, y en breve tendrán noticias de la 2º edición de nuestro ranking, ¡A seguir dándole a la pelotita!

El pádel y la amistad

Hace unos días mi amigo Santi, a raíz de la inminente aparición de un periódico de pádel que formaría parte de su nuevo proyecto junto a Óscar, me dijo: “A vos que te gusta escribir, por qué no preparás alguna cosa para nosotros”. Me gustó la idea y me quedé pensando qué podría hacer.

El pádel, ese deporte que nos tiene a todos enganchados, que ha conseguido que no podamos dejar pasar muchos días sin volver a jugar… Motivo de conversaciones interminables, con cafés o cañas de por medio; motivo de discusiones por puntos dudosos, de sonrisas burlonas al contrincante y amigo por una dejada de lujo que finalmente salió, de puntos espectaculares que ni uno mismo se termina de creer, de la suerte, de la mala suerte, de esa bola que bailó arriba de la red para terminar cayendo… ¿Del lado adecuado? El pádel, el de esas cervezas o cafés del final, disfrutando de los amigos, sabiendo encajar los comentarios divertidos de los que ganaron… ¡¡O de hacerlos si vencimos nosotros!!
Es justo de eso, de los amigos, de lo que quería escribir. De esos amigos de pádel que vamos haciendo según pasan los días y los años, organizando partidos, buscando el cuarto integrante con desesperación horas antes del encuentro o planificando con mucho tiempo de antelación para que todo sea tal y como queremos y con quienes queremos.
Justo de ahí salen amigos inesperados, que quizás la vida no nos los hubiera puesto en el camino, o sí, depende si creemos en el destino o no. Lo cierto es que están en el lugar adecuado el mismo día que no conocíamos a la pareja contraria… O es ese cuarto jugador que apareció en el último momento para ‘salvar’ el partido. Lo pasamos bien, congeniamos, nos divertimos y propusimos la revancha. Cruzamos los teléfonos y, a partir de ahí, es sólo dejarse llevar por las ganas de disfrutar del pádel y pasarlo bien.
Han transcurrido muchos años y puedo decir que tengo una larga lista de amigos de pádel. Algunos, como Santi, van un poco más allá de la pista y compartimos ratos libres, momentos divertidos… La vida misma.
Y menciono a Santi de entre todos ellos sólo porque gracias a él me puse a pensar en esto, a reflexionar sobre la amistad y el pádel como conductor y descubridor de grandes personas que hoy en día forman parte de mi vida. Cada uno de los que integran esa lista saben quiénes son y les agradezco de todo corazón que estén en ella.
Daniel Gómez Debenedetti